Equipo responsable, ¿cómo logarlo?. Una de las preguntas más comunes en términos de liderazgo es: ¿cómo hago a mi equipo más autónomo?. Los gerentes se preocupan por la toma de decisiones que toman los participantes del equipo e inclusive en que momentos se deben adoptar que estilos de liderazgo, pero con unos pequeños cambios de enfoque se pueden lograr grandes resultados.
Para lograr una meta es importante que dicha meta sea importante para los miembros del equipo. ¿Qué significa que algo es importante? Y ¿cómo pueden llegar a concluir la importancia de las cosas?. No siempre queda claro que debería salir antes y que debería salir después por ello es que las personas prefieren no actuar y esperar instrucciones.
¿Cómo hacer que las personas se preocupen?
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La preocupación es un estado mental de alerta sobre el futuro de una situación. No siempre este estado de alerta es positivo, demasiada preocupación por tiempos prolongados puede generar ansiedad y una predisposición a ver catástrofes donde no existen.
Por otro lado la responsabilidad con el resultado es muy importante y contraria a la preocupación es netamente positiva. La responsabilidad es una sensación desde la que las personas se preocupan y se ocupan de resolver las tareas que tienen pendientes. Cuando las motivaciones son correctas no solo es completar un proceso sino también un compromiso real con la calidad del resultado.
Crear responsabilidad en el equipo responsable con compasión y no con miedo
¿Qué es la compasión?
Una de las palabras que más ha hecho eco desde el comienzo de la pandemia a la fecha es: compasión. ¿Realmente que significa ser compasivo?, lo primero a destacar es que las personas compasivas son personas conscientes del otro. No es ver una realidad desde “mí” y “para mí” sino una realidad para “nosotros”.
Las tendencias de inclusión y programas DEI han hecho grandes esfuerzos por eliminar los sesgos cognitivos y hacer más palpable la diversidad de “existencias” dentro de la organización. Todos existimos desde nuestra propia historia de vida y desde nuestra propia visión de las circunstancias, no es extraño entonces que también cada uno de nosotros trabajará desde ahí.
La compasión nos aproxima a la visión del otro desde un verdadero entendimiento de su “todo” en su propia realidad. Podemos entender el sentir del otro, pero como líder no podemos sentir el sentir del otro, es un lujo al que no podemos recurrir. Más bien nuestro trabajo como líderes que transforman es proporcionar un marco emocional al equipo desde el que puede ser activado y sentirse confiado.
La compasión por lo tanto implica, mucho más, que solo ponerse en los zapatos del otro.
¿Por qué usamos el miedo?
Algunos líderes consideran importante que su equipo les tenga miedo. ¿Miedo por qué o miedo para qué?, es muy interesante dado que el miedo es una emoción que se activa como respuesta a una amenaza. Será entonces que los líderes de los que hacemos referencia aman ser vistos como una amenaza. ¿Por qué en su lugar no ser amados y vistos con confianza?
A veces se tiene la creencia de que el amor y la confianza son debilidad, pero está demostrado que los equipos basados en la confianza funcionan mejor. No se puede siempre aspirar a la perfección, es un desgaste que no termina.
En lugar de inspirar miedo en un equipo responsable, los líderes deben tener un enfoque para inspirar confianza, con ello los colaboradores del equipo serán más autónomos. Dicha autonomía se verá reflejada en un desempeño único y una mejor toma de decisiones.
La compasión es una de las mejores herramientas que se pueden utilizar para entender el “desde dónde” inspirar al equipo.
Tres pasos para fomentar la responsabilidad en los equipos
Creación de expectativas claras y compartidas
Es común que las personas no entiendan que se espera de ellas, por lo tanto en ocasiones no hacen lo que deberían hacer y a veces se sienten decepcionadas con la retroalimentación recibida.
Para evitar estás situaciones es importante que los líderes den claridad en cuanto a lo que se espera de la conclusión de una tarea. ¿Cómo debería verse el resultado?, esta respuesta debe incluir dimensiones cualitativas y cuantitativas. De esta manera el líder se asegura de que las personas tengan claridad en cuanto a lo que deben entregar.
Así mismo la responsabilidad compartida implica determinar claramente ¿qué le toca al colaborador?, ¿qué le toca al líder?, ¿qué le toca a otros miembros del equipo?. Cuando esto no es claro se puede prestar a situaciones de “que lo haga él”, lo que quiere decir, frustración entre los miembros.
Idealmente esperaríamos que todos fueran participativos y llenos de sinergía al momento de accionar tareas, la realidad a veces es diferente. Me ha tocado que cuando hay juniors trabajando con seniors al mismo nivel los juniors intentan delegar todas las actividades posibles al senior para que su trabajo luzca.
En el peor de los escenarios también puede haber abusos de autoridad sobre los juniors cuando estos no pueden colaborar activamente debido a su desconocimiento. La solución: clarificar muy puntualmente las responsabilidades y actividades.
Mantener activa la atención del equipo forma un equipo responsable
Para tener una atención activa esta debe ser compartida. Quiero decir que los resultados deben ser visibles para todos. ¿Cómo va el equipo?, ¿Cuál es la meta?. Si podemos definir con claridad los resultados esperados y al mismo tiempo crear un sistema público de medición podremos tener un equipo conscientemente activo por el resultado.
Otra oportunidad que puede ser aprovechada es la de las reuniones de equipo. En estas reuniones a veces no se aprovecha el valor de las dudas que los miembros exponen y que pueden contener insights interesantes con respecto al quehacer diario.
¿Cómo debería leerse una junta donde no hay dudas o cosas por hacer?, pues sencillamente mucho desinterés o falta de confianza. Por otro lado como líder puedes aprovechar las dudas del equipo para potenciar la innovación.
Crear seguridad psicológica, el camino del equipo responsable
Otro de los errores comunes al momento de buscar un equipo responsable es que los líderes buscan crear una cultura de perfección y confundirla con excelencia. Esto quiere decir que se exige a las personas que no tengan errores con la esperanza de que todo será “excelente”. Nada más alejado de la realidad.
En el lugar de trabajo y durante el día a día las personas comenten muchos errores y la cultura de “perfección” lo único que provoca es estrés. Cuando las cosas deben ser perfectas las personas se sienten incapaces de lograrlo y por lo tanto dejan de intentarlo.
Una solución a esto es entrenar al personal y acompañar para que tengan una comprensión muy clara del problema. Al poder definir el problema se tendrá por añadidura una definición de los criterios de la solución. Con ello las personas del equipo tienen mayor libertad y pueden operar soluciones de maneras más creativas.
¿Tú qué opinas?, ¿cómo puedes fomentar la creatividad y crear un equipo responsable?
Nos leemos en el próximo artículo.